Las inmediaciones del Senado de la República se convirtieron en un fuerte resguardado por vallas metálicas y patrullas, en respuesta a la llegada de los dictámenes de las reformas a la Guardia Nacional y del reconocimiento de los Pueblos Indígenas y Afromexicanos. El bloqueo de vialidades y la estricta restricción de acceso al recinto han encendido los ánimos, generando críticas sobre la falta de apertura y transparencia en el proceso legislativo.
Las medidas de seguridad incluyen vallas de más de tres metros que rodean las instalaciones del Senado y la presencia de la Policía de la Ciudad de México y la Guardia Nacional, todo para impedir posibles manifestaciones como las que se presentaron durante la reforma al Poder Judicial.
El presidente de la Mesa Directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña, justificó el blindaje señalando que “se velará por la inviolabilidad del recinto” y aseguró que se utilizarán todos los recursos legales para garantizar el desarrollo libre y seguro de las sesiones.
En un comunicado oficial, Fernández Noroña también informó que se suspendería el acceso al público en general, limitando el ingreso únicamente a los trabajadores del recinto y a enlaces legislativos. “Es una medida extrema, pero necesaria para evitar que se repitan los bloqueos y protestas dentro del Senado”, explicaron fuentes cercanas al legislativo.
Esta decisión ha generado controversia entre activistas y representantes de los pueblos indígenas, quienes consideran que el cierre del acceso al público vulnera la participación ciudadana en temas que impactan directamente a sus comunidades. “Cerrar el Senado es cerrar el diálogo”, expresó un representante de los manifestantes que se han pronunciado en contra de la reforma.
Con el cerco instalado y las calles bloqueadas, la tensión aumenta conforme se acerca la discusión de estas reformas clave, que no solo definen el futuro de la seguridad pública en México, sino también el reconocimiento y los derechos de los pueblos originarios. El país está a la expectativa de lo que podría ser un momento crucial en la historia legislativa mexicana.