El brutal asesinato del sacerdote tsotsil Marcelo Pérez Pérez ha desatado una oleada de indignación en México. Organizaciones civiles y religiosas alzaron la voz este domingo para exigir justicia y poner fin a la violencia que azota la región. El padre Marcelo, un defensor incansable de los derechos humanos y la paz en las comunidades indígenas de Chiapas, fue asesinado a balazos tras oficiar una misa en la parroquia de Cuxtitali.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) condenó enérgicamente el homicidio, señalando que “silencia una voz profética” que luchó por la verdad y la justicia en la región. En su comunicado, la CEM exigió una investigación “exhaustiva y transparente” para esclarecer el crimen y proteger a los sacerdotes y agentes pastorales, quienes han sido blanco de ataques debido a su compromiso con las causas sociales.
Un defensor incansable de la paz
El padre Marcelo era reconocido por su estrecha relación con las comunidades indígenas y por su trabajo en la defensa de los derechos de los más vulnerables. “Su labor pastoral deja un legado de amor y servicio que perdurará en el corazón de todos aquellos a quienes tocó con su ministerio”, subrayó la CEM, destacando su entrega al servicio de los pueblos indígenas.
La Compañía de Jesús en México también expresó su consternación y calificó a Pérez como “un símbolo de resistencia y acompañamiento” para las comunidades chiapanecas. Los jesuitas rechazaron cualquier intento de presentar este crimen como un hecho aislado, apuntando al preocupante aumento de la violencia en Chiapas en los últimos meses. “La violencia es un problema sistemático que las autoridades deben atender con urgencia”, afirmaron.
Denuncias de violencia y amenazas
El activismo del padre Marcelo Pérez Pérez lo había convertido en una figura incómoda para aquellos que perpetúan la violencia en la región. Su constante denuncia de los abusos y la creciente inseguridad en Pantelhó le valió amenazas e intentos de criminalización. El Comité Pro Derechos Humanos destacó que su asesinato no debe quedar impune, recordando el peligro constante que enfrentan quienes defienden los derechos humanos en México.
Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Gobernación, lamentó profundamente el asesinato y aseguró que el Gobierno de México se compromete a que no haya impunidad. Las palabras de Rodríguez reflejan el clamor de toda la sociedad mexicana, que exige que se haga justicia por el asesinato de un hombre que entregó su vida a la defensa de los oprimidos.
El legado de un luchador por la paz
El padre Marcelo Pérez Pérez era un ejemplo vivo del compromiso con la justicia y la dignidad humana. Su asesinato ha encendido una alarma que resuena más allá de Chiapas, recordando la peligrosa situación que enfrentan los defensores de los derechos humanos en el país. Su legado seguirá inspirando a quienes luchan por la paz, y su trágica muerte se ha convertido en un llamado urgente para que las autoridades actúen con firmeza contra la violencia y la impunidad.
La comunidad de Chiapas, sumida en el duelo, espera que la verdad y la justicia prevalezcan en medio de esta dolorosa pérdida.
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