La conmemoración del centenario del obispo Samuel Ruiz García se transformó en un grito colectivo de justicia y paz cuando unos 20 mil feligreses, mayormente indígenas, marcharon hasta la plaza central de San Cristóbal. La peregrinación, marcada por la indignación y el dolor por el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez, se convirtió en una protesta contra el avance del crimen organizado en la región.
Los manifestantes, provenientes de las zonas Altos, Sierra, Norte y Selva de Chiapas, portaban imágenes de vírgenes, santos y pancartas con mensajes como “Fuera el crimen organizado” y “Alto a la narcopolítica”. En el barrio de Cuxtitali, donde fue asesinado el sacerdote tsotsil, realizaron una parada para leer un comunicado exigiendo justicia y paz.
La misa, encabezada por los obispos Rodrigo Aguilar y Luis Manuel López Alfaro, contó con la participación de la Conferencia del Episcopado Mexicano y organizaciones de derechos humanos. Durante el evento, el sacerdote Miguel Montoya denunció hostigamientos recientes contra la Diócesis y alertó que “ejercer el ministerio en Chiapas se ha vuelto una tarea de alto riesgo.”
Ante la falta de avances en la investigación y la inseguridad creciente, los feligreses solicitaron protección para quienes indagan el asesinato de Marcelo Pérez. “No podemos hablar de paz sin justicia y seguridad”, expresó Ana Paula Hernández, coordinadora de los Diálogos Nacionales por la Paz, quien enfatizó la necesidad de combatir las alianzas entre crimen y política en regiones vulnerables como Chiapas.
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