La desaparición del Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) y de los otros seis organismos autónomos son un paso más en la consolidación del autoritarismo mexicano que el gobierno impulsa desde su hegemonía artificial en las cámaras de diputados y senadores.
Nuestro país inició este diciembre con un gobierno menos democrático y más opaco, pues las tareas reguladoras realizadas por técnicos con autonomía de gestión, respecto de las secretarías pertenecientes al Estado y de las empresas gubernamentales, al desaparecer, dejan en estado de indefensión a los ciudadanos y particulares, ya que el gobierno se convierte automáticamente en juez y parte.
La intención de la Presidenta de México de ocultar información que debe ser pública y de favorecer a las empresas estatales como PEMEX o CFE no sólo violan las más elementales condiciones de competencia económica, sino que atentan contra los tratados internacionales que México ha firmado para privilegiar el libre mercado, que es uno de los fundamentos de todo crecimiento económico.
Históricamente muchos países que han intentado fincar su economía en el dirigismo estatal, socialismo o comunismo han fracaso y han empobrecido a sus pueblos de manera desastrosa; y es así como MORENA pretende transformar a México en un país chatarra y a su pueblo en ciudadanos de cuarta.
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