Nicolás Maduro asumió su tercer mandato como presidente de Venezuela en medio de un escenario político que, aunque lo mantiene en el poder, evidencia un debilitamiento sin precedentes del chavismo.
Aislado internacionalmente, sin pruebas que respalden su victoria electoral y con aliados clave de izquierda dándole la espalda, Maduro comienza este periodo con menos apoyo que nunca. Su toma de posesión, realizada el pasado viernes, fue un evento modesto, con la presencia de solo dos mandatarios: Miguel Díaz-Canel de Cuba y Daniel Ortega de Nicaragua.
“Maduro les ha mentido a los pocos aliados que le quedan. Prometió mostrar las actas de las elecciones y no lo hizo”, señaló el escritor y analista Alberto Barrera Tyszka. “Hoy, su victoria es pírrica; ni Venezuela ni el mundo le creen”.
Oposición al alza, pero con retos
Por otro lado, la oposición, liderada por Edmundo González y María Corina Machado, parece más fuerte y legitimada que en años anteriores. González es reconocido como presidente legítimo por varias potencias, y la presión internacional sobre el chavismo aumenta con nuevas sanciones económicas y una recompensa incrementada por la captura de Maduro, que ahora asciende a 25 millones de dólares.
Sin embargo, los desafíos persisten. González no pudo regresar al país como prometió, y Machado continúa en la clandestinidad. A pesar de esto, la oposición logró evidenciar las fracturas internas del régimen. “Seguiremos hasta hacerle entender a Maduro que esto se acabó”, declaró Machado tras la juramentación del mandatario.
¿Un chavismo en declive?
Analistas coinciden en que este es el momento más débil para Maduro. Las divisiones dentro del chavismo son cada vez más evidentes, y la presión internacional, liderada por Estados Unidos y Europa, no cesa. “El chavismo ya no puede decir que es una fuerza política mayoritaria ni que es un régimen democrático”, afirmó el politólogo José Natanson.
A pesar de las adversidades, Maduro se mantiene. “Digan lo que quieran, esta toma de posesión no la pudieron impedir”, declaró en su discurso, dejando claro que no planea ceder ante la oposición ni la comunidad internacional.
Un futuro incierto
Venezuela se enfrenta a un panorama incierto, con un régimen debilitado y una oposición aún en formación. ¿Será este el mandato que marque el final del chavismo o el inicio de una nueva crisis sin salida? Solo el tiempo lo dirá.
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