En un giro inesperado en el campo de batalla, los soldados norcoreanos enviados para reforzar a las fuerzas rusas en la región de Kursk han sido retirados del frente tras sufrir considerables bajas, según altos funcionarios ucranianos y estadounidenses.
Un despliegue polémico que se desmoronó:
En noviembre, aproximadamente 11,000 soldados norcoreanos fueron enviados a Rusia para ayudar a repeler la ofensiva ucraniana, generando alarma en Occidente. Sin embargo, en apenas tres meses, su contingente se redujo a la mitad. Aunque estos guerreros han sido descritos por sus oponentes como “feroces”, su desorganización y la falta de cohesión con las unidades rusas se tradujeron en un rápido y costoso desgaste en el frente.
Errores en el campo de batalla:
Los norcoreanos, que contaban entre sus filas con algunos de los mejores soldados de operaciones especiales del país, terminaron siendo utilizados como infantería. Se les envió en oleadas a través de campos plagados de minas terrestres, sin el apoyo adecuado de vehículos blindados ni la oportunidad de reagruparse. Esta estrategia, criticada por oficiales ucranianos, resultó en un balance de bajas desastroso.
¿Un retiro temporal o el fin de un polémico acuerdo?
Aunque el retiro ha sido efectivo por el momento, funcionarios estadounidenses advierten que podría no ser definitivo. Es posible que, tras recibir entrenamiento adicional o con una nueva estrategia de despliegue por parte de los rusos, los soldados norcoreanos vuelvan a la línea del frente.
La gran jugada geopolítica:
Este episodio no es sino una pieza más en el complicado tablero de la guerra en Ucrania. La intervención norcoreana, que inicialmente causó gran inquietud en Kiev y entre aliados occidentales, forma parte de un acuerdo más amplio en el que Kim Jong-un espera obtener favores futuros de Putin, incluyendo apoyo para sus programas de misiles y respaldo diplomático en las Naciones Unidas. Además, se sabe que Corea del Norte ha estado suministrando a Rusia millones de proyectiles de artillería, representando ahora casi la mitad del arsenal disparado diariamente.
La batalla por Kursk continúa:
Mientras tanto, en Kursk, las fuerzas ucranianas, respaldadas por un presidente Zelensky que elogia su resistencia por crear una “zona de amortiguación”, siguen luchando para mantener la presión sobre las defensas rusas. La situación en el frente se mantiene tensa, y la retirada de los norcoreanos añade otra capa de incertidumbre a este conflicto ya complejo.
¿Qué impacto tendrá la ausencia de estos soldados en el equilibrio del combate? La polémica y el debate se han encendido en las redes sociales, donde cada nuevo desarrollo es motivo de análisis y discusión.
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