La leyenda viviente del rock mexicano, Alex Lora, hizo vibrar a más de 60 mil fanáticos con un concierto apoteósico en el Estadio GNP. Cuatro horas de pura energía, irreverencia y nostalgia marcaron la celebración por los 56 años de trayectoria de El Tri.
Desde el primer acorde de La raza más chida, Lora dejó claro que su esencia sigue intacta. Con la bandera de México en alto, encendió al público con su ya clásica protesta contra los políticos corruptos, para luego desatar un vendaval de éxitos como ADO, Las piedras rodantes, Metro Balderas y Triste canción.
El espectáculo no solo fue un viaje por la historia del rock nacional, sino también un homenaje. Lora recordó al fallecido Javier Bátiz interpretando The House of the Rising Sun, mientras que figuras internacionales como Paul Shortino (Quiet Riot) y Dave Bickler (Survivor) le rindieron tributo, reconociéndolo como un ícono del rock en Latinoamérica.
Entre solos de guitarra, cánticos y un mariachi que irrumpió para entonar Cielito lindo y El rey, la noche se convirtió en una fiesta total. Con su característico sentido del humor, Lora celebró el récord de asistencia y se despidió en medio de fuegos artificiales, dejando claro que el rocanrol sigue más vivo que nunca.
“¡Que Dios me los bendiga! ¡El rocanrol es un deporte, practíquenlo!”, gritó antes de salir del escenario. Un final épico para una noche legendaria.
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