México enfrenta una nueva crisis de salud pública. Además de ser uno de los mayores productores y exportadores de fentanilo, el país se perfila como un creciente mercado de consumo de este potente opiáceo sintético, según un informe de la ONU publicado este martes.
La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) advirtió que la demanda de tratamiento por consumo de fentanilo se ha disparado, principalmente en estados fronterizos como Baja California, Chihuahua, Sonora y Sinaloa. Tan solo en 2023, se registraron 430 casos de atención, una cifra que contrasta con la ausencia de registros antes de 2018.
“La rápida escalada del consumo de fentanilo refleja una amenaza latente para la salud pública en México”, señaló el organismo. El informe también alerta sobre la venta de fármacos falsificados con fentanilo y metanfetaminas en farmacias del norte del país, poniendo en riesgo la vida de los consumidores.
Organizaciones como ‘Centros de Integración Juvenil’ han confirmado que el consumo de opioides, cannabis y metanfetaminas domina los tratamientos de adicciones en el país.
La advertencia de la ONU pone a México en la mira de una crisis que afecta a millones de personas en Estados Unidos y podría replicarse con mayor fuerza en territorio nacional si no se toman medidas urgentes.
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