El nombramiento de Zaira Fabiola del Toro Olivares al frente del Instituto Veracruzano de las Mujeres (IVM) ha encendido las alertas entre organizaciones feministas, que dejaron claro que no basta con cambiar de nombre, si no cambia la estrategia.
Desde la organización Equifonía, su vocera Adriana Fuentes urgió a construir una agenda realista y eficaz contra la violencia de género, especialmente la que afecta a niñas, adolescentes y mujeres en sus casas, comunidades e instituciones. “Los embarazos infantiles por agresiones sexuales van en aumento desde la pandemia. Es una emergencia”, advirtió.
Los colectivos también exigieron que el IVM reciba presupuesto suficiente, infraestructura y personal capacitado para ejecutar políticas con impacto. No quieren discursos: quieren resultados.
¿Qué piden las activistas?
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Acciones urgentes contra el acoso y hostigamiento sexual y laboral, incluso dentro del gobierno.
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Reducción de brechas en salud, educación, empleo y acceso a tecnología.
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Un sistema estatal de cuidados que libere a las mujeres de la sobrecarga y cuide también su salud mental.
“El enfoque tiene que ser interseccional, con datos y metas claras. Las alertas de género no han sido suficientes”, recalcó Mónica Mendoza Madrigal, de la Red Nacional de Mujeres Defensoras de la Paridad.
Las demandas apuntan a un cambio profundo, no simbólico: las mujeres en Veracruz necesitan más que intenciones, necesitan acciones con fuerza de ley, enfoque de derechos y voluntad política real.
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