Huele a peligro… y a metanfetamina.
Lo que empezó como un olor extraño en el bosque terminó siendo una megafábrica de drogas. En la comunidad de San Pedro Tlachichilco, en el municipio de Acaxochitlán, Hidalgo, pobladores dieron aviso anónimo a las autoridades tras percibir fuertes olores a gases tóxicos. Lo que encontraron las fuerzas de seguridad fue digno de serie policiaca.
El operativo, desplegado el 30 de abril por Sedena, Guardia Nacional, la Procuraduría estatal y policías locales, desmanteló un laboratorio clandestino equipado con toneladas de químicos y litros de metanfetamina lista para distribuir.
Lo incautado:
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15 bultos de ácido tartárico y 12 de sosa cáustica.
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26 tambos con líquido parecido a acetona.
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6.6 kg de metanfetamina sólida y 120 litros en estado líquido.
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Armas: un fusil de asalto calibre 5.56 mm, 11 cargadores y dos chalecos tácticos.
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5 vehículos —todos con reporte de robo— incluidos modelos RAM y Ford Lobo.
Durante el operativo, fueron detenidos dos sujetos identificados como J.C.C., alias “El Pochongo”, y A.R.V., ambos con antecedentes penales. Aunque las autoridades creen que el narcolaboratorio tenía vínculos con grupos criminales de Sinaloa, los arrestados son originarios de Hidalgo.
El titular de la Secretaría de Seguridad Pública del estado, Salvador Cruz Neri, confirmó que el centro clandestino estaba totalmente operativo y equipado para producir grandes cantidades de droga sintética.
La selva oculta secretos… y laboratorios.
Este hallazgo revela no sólo la presencia del crimen organizado en zonas rurales del estado, sino también cómo la colaboración ciudadana puede marcar la diferencia. Un simple olor, una llamada anónima… y una red criminal quedó expuesta.
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