Claudia Sheinbaum no asumió solo la presidencia: heredó un corset político tan apretado que amenaza con asfixiar su gobierno desde el primer día. Así lo plantea el analista Federico Reyes Heroles en un texto demoledor que pone a Maquiavelo como testigo incómodo de esta transición.
AMLO, su mentor político, dejó más que un bastón de mando: dejó controles férreos sobre el Congreso, la Fiscalía, el partido, y hasta sobre las finanzas públicas. Pero también dejó aliados incómodos, como el cuestionado director de Pemex, y poco margen de maniobra. En la lógica del poder, esto no es casualidad, advierte Reyes Heroles: el viejo gobernante teme al nuevo, y por eso lo ata.
¿La solución? Un parricidio político
Reyes Heroles lanza una advertencia clara: según Maquiavelo, ningún nuevo líder puede tener éxito sin romper con el pasado. “Entre más apretado esté el corset, más brutal será el rompimiento”, escribe. Así que, si Sheinbaum quiere gobernar y no solo administrar, tendrá que romper con López Obrador, su sombra y su lastre.
García Harfuch: entre narcos y fuego amigo
El único nombre del gabinete que destaca por sus resultados es el de Omar García Harfuch, próximo secretario de Seguridad. Su historial en la lucha contra el crimen organizado es sólido, pero también ha generado odios internos: enfrenta resistencias dentro de las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional, con filtraciones y divisiones visibles.
Su labor ha obligado a un viraje silencioso en el discurso oficial: de negar la producción de drogas en México, ahora se exhiben laboratorios destruidos y toneladas de fentanilo decomisadas. Pero Harfuch no solo combate a los cárteles: combate también al sabotaje interno.
La bomba del Poder Judicial
La otra gran herencia tóxica es la embestida contra el Poder Judicial. El intento por elegir a jueces por voto popular ha sido duramente criticado a nivel internacional. Publicaciones como The Economist han encendido las alarmas: esta reforma espanta inversiones, debilita el Estado de derecho y daña profundamente a México.
Pero aún hay margen de corrección. Reyes Heroles señala que Sheinbaum tiene popularidad suficiente para no temer a una revocación de mandato. Si quiere rectificar, puede hacerlo. Y en algunos frentes, ya comenzó.
El dilema final: ¿lealtad o país?
Con una frase maquiavélica como cierre, el autor plantea el dilema existencial que enfrenta la nueva mandataria:
“¿Qué va primero: su lealtad personal o México?”
El juego de poder ha comenzado. Y como advirtió Maquiavelo: un príncipe nunca carece de razones legítimas para romper sus promesas.
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