Han pasado dos meses desde que las madres buscadoras de personas desaparecidas en México sostuvieron sus primeras mesas de diálogo con el Gobierno federal. Este martes, se reencontraron con autoridades encabezadas por Rosa Icela Rodríguez para revisar promesas… pero los resultados siguen siendo mínimos.
Buscadoras exigen más que discursos
Las madres no quieren más palabras. Quieren hechos. Quieren a sus hijos. Así lo dejaron claro en esta segunda ronda de diálogo, donde insistieron en ser reconocidas como primeras respondientes en casos de desaparición y exigieron a la presidenta Claudia Sheinbaum una audiencia directa, sin intermediarios ni postergaciones.
“Ya no deberíamos estarle rogando. Si no nos recibe, iremos al Palacio Nacional”, advirtió Cecilia Flores, del colectivo Madres Buscadoras de Sonora.
Inseguridad y omisión: la doble amenaza
Para las buscadoras, el panorama es sombrío. La inseguridad no ha disminuido y ellas, sin protección, continúan rastreando fosas con herramientas rudimentarias y sin respaldo oficial.
“Nosotras arriesgamos la vida. No debería ser necesario portar una camisa que diga ‘no me maten’ para poder buscar a un hijo”, denunció Ceci Flores.
Promesas en papel: Unidad de Identidad y equipos forenses
Entre los compromisos está la creación de una Plataforma Única de Identidad, que integre desde huellas digitales hasta fotos en actas de nacimiento, para agilizar la identificación forense. También se anunció un equipo multidisciplinario con Fiscalía, CNB, Segob y comisiones estatales que trabajarán en campo junto a los colectivos.
Pero, ¿serán realmente funcionales?
Desconfianza y exigencias clave
La desconfianza en las instituciones es profunda. Denuncian que muchas desapariciones involucran a autoridades, y que el gobierno federal se niega a reconocer los vínculos entre funcionarios y el crimen organizado, como ocurrió en el caso del Rancho Izaguirre en Jalisco.
A esto se suma el desmantelamiento técnico de la Comisión Nacional de Búsqueda, tras despidos masivos de expertos en identificación humana. Aunque en esta reunión ya no exigieron la renuncia de su titular, Teresa Reyes Sahagún, dejaron claro que está bajo observación.
“No pedimos renuncias, pedimos resultados. Queremos que hagan su trabajo y encuentren a nuestros desaparecidos”, sentenció una madre buscadora.
La esperanza sigue viva, pero cada día pesa más
Mientras los compromisos se repiten y las plataformas se anuncian, las madres siguen excavando la tierra y enfrentando al silencio del Estado. Porque cada día cuenta. Porque cada fosa es una herida. Porque sus desaparecidos no son cifras, son su vida misma.
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