Se cayó la democracia, ¿qué hacer?

Eduardo Sergio de la Torre Jaramillo

Cuando fui estudiante en la Facultad de Sociología, por allá del año 1989, organicé un Foro que llevó por título “Se cayó el muro, ¿qué hacer?”, en donde discutieron los académicos de sociología, economía, antropología, historia, sobre ese acontecimiento histórico; recuerdo perfectamente la crisis que provocó en los académicos de izquierda, se les cayó no sólo el muro, sino su mundo, su cosmovisión, su ideología, su forma de ser y pensar.

Hoy a 36 años de distancia de aquel acontecimiento, me hago la misma pregunta, pero ahora con la democracia mexicana, si bien nos encontramos en un entorno global del ascenso de las autocracias, que ya son 35 en el mundo; en donde México pronto podría ingresar al club de esos países, los cuales tienen las características: a) son gobiernos cleptocráticos, b) no les interesa la crítica, c) están dotados de ejércitos legales e ilegales, policías, etc., d) tienen una disociación entre la legitimidad y la legalidad, e) son parte del “Modelo Maduro”, quienes propician los Estados fallidos (aumento de las violencias, pobreza, excluidos del sistema internacional, etc.), f) la oposición está fuera del juego político.

¿Qué hacer para reconstruir a la democracia mexicana?, considero que hay una serie de acciones que implican una alta dosis de pragmatismo, como las que voy a mencionar de manera breve:

  1. Fusionar al PAN y PRI, ambos partidos están en la ruta de la extinción, y frente al mal mayor que es morena, deben de pactar una refundación de un partido liberal, ya que no existe la posibilidad de crear nuevos partidos políticos, ya que la modalidad de la plataforma de “Mi Apoyo Ciudadano-INE”, tiene sesgos discriminatorios, ya que sólo hay tres formas de dar la firma, a través de Gmail, Facebook o X, y de estos, el 80% de los mexicanos que se encuentran en el padrón electoral, están fuera de esta aplicación.
  2. Flexibilizar las candidaturas ciudadanas, en el plano federal y local, por ejemplo, sujetarlas el mismo porcentaje que se le pide a un partido político para su creación, el 0.26% de militantes del padrón electoral, con lo cual se pondría en el mismo nivel de participación de un partido político, y no como lo están el día de hoy, que es prácticamente imposible participar como candidato independiente a cualquier cargo de elección popular.
  3. Morena no está ganando las elecciones por sus votantes, sino por algoritmos que manipulan para designar a los candidatos del nuevo régimen político, tal y como sucedió con la elección del poder judicial federal y local, que candidatos fantasmas, resulta que eran más populares que Luis Miguel o Juan Gabriel, cuando absolutamente nadie los conocía. Si bien, tienen una servidumbre electoral de 30 millones de personas, únicamente pueden movilizar a 10 millones, el resto es el trabajo que realiza el algoritmo para ganar las elecciones, y si esto no lo sabe los electores mexicanos, y se mantiene en la abstención, cualquier elección hacia el futuro inmediato será ganada por ese partido, por esas dos líneas: la inteligencia artificial, y su limitado apoyo basado en los programas sociales.

Dejo estas tres ideas para construir un mapa de navegación para el rescate de la democracia mexicana, que siempre fue frágil, pero es preferible esa democracia débil, al camino autocrático que se está pavimentando desde morena.

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