Washington y Silicon Valley acaban de sellar un pacto que nadie vio venir. Los gigantes tecnológicos Nvidia y AMD han aceptado pagar al gobierno de Estados Unidos el 15% de todas sus ventas de chips avanzados de inteligencia artificial a China, un movimiento que convierte, en la práctica, a la administración de Donald Trump en socio de sus negocios en el país asiático.
El acuerdo histórico se cerró el miércoles en la Casa Blanca entre el CEO de Nvidia, Jensen Huang, y Trump. Dos días después, el Departamento de Comercio liberó licencias para vender los codiciados chips H20 de Nvidia y los MI308 de AMD, esenciales para entrenar modelos de IA a gran escala.
La jugada no es menor: antes de las restricciones, Nvidia facturaba unos 15 mil millones de dólares en chips para China, mientras que AMD proyectaba 800 millones. Con el nuevo pacto, el Tío Sam podría embolsarse más de 2 mil millones de dólares en ingresos.
La movida llega justo antes de que venza la tregua de 90 días entre Washington y Pekín, y después de que Trump amenazara con aranceles del 100% a las empresas que no inviertan en suelo estadounidense.
Un acuerdo que, para muchos, es el inicio de una nueva era: donde el gobierno no solo regula a las grandes tecnológicas… también se convierte en su socio.
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