La historia parece sacada de una serie de narcos, pero está documentada en expedientes judiciales: Hernán Bermúdez Requena, hoy señalado como cabecilla del grupo criminal La Barredora, comenzó su ascenso al poder desde la campaña de Adán Augusto López Hernández en 2018.
Según testimonios, Bermúdez se reunió entonces con el temido “Pelón de Playa”, pacto que abrió la puerta a su carrera criminal. Para finales de ese mismo año, ya no era solo un operador político: se había convertido en líder de La Barredora.
El siguiente paso fue clave. En 2019, ya con López Hernández en la gubernatura, Bermúdez fue designado director de la Policía de Investigación, cargo que aprovechó para tejer negocios ilegales de huachicol, narcomenudeo y gas LP, rodeándose de aliados criminales como “Prada” y “Indeco”.
El 11 de diciembre de ese año, fue premiado con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Tabasco. Su primera acción: capturar al “Pelón de Playa”, lo que desencadenó un baño de sangre en Villahermosa.
Para 2020, Bermúdez ya tenía el control absoluto de La Barredora: repartió territorios entre sus hombres y les exigía cuotas criminales de hasta dos millones de pesos semanales.
👉 El caso desnuda el nivel de infiltración del crimen organizado en las instituciones de seguridad, donde un supuesto “protector de la ciudadanía” terminó operando como jefe de plaza.
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