La gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García, volvió a encender la polémica en conferencia de prensa desde Palacio de Gobierno. Esta vez no solo negó la existencia de huachicol en la entidad, sino que arremetió contra medios como Reforma y El Universal, acusándolos de falta de ética y asegurando que ya son demasiadas las críticas en su contra.
Con un discurso que intentó sonar tolerante, pero que en los hechos exhibió su poca disposición a la crítica, Nahle aprovechó una pregunta “espontánea” para desempolvar un tema que llevaba preparado: el llamado “huachicol fiscal” del sexenio de Enrique Peña Nieto.
Según su versión, entre 2014 y 2018 operadores de otros partidos se beneficiaron de la reforma energética para ocultar importaciones de combustible por barco, tren y pipas. Presumió que, bajo las órdenes de Andrés Manuel López Obrador, desde la Secretaría de Energía se cancelaron más de mil permisos. Entre aplausos, se autoproclamó defensora de la soberanía energética: “Morena llegó al rescate”, sentenció.
Lo curioso es que Nahle tenía lista una diapositiva para proyectar su explicación, pese a que la pregunta surgió de forma “ocasional”, lo que deja ver que la intervención estaba más que planeada.
Mientras tanto, la mandataria mantiene desde hace dos semanas un control férreo de sus conferencias, decidiendo qué periodistas pueden preguntar y evitando cuestionamientos que incomoden a su administración.
La estrategia es clara: victimizarse frente a la prensa crítica, desviar la atención con discursos contra el pasado y blindarse de cualquier señalamiento presente.
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