Eduardo Sergio de la Torre Jaramillo
Escribo con un nudo en la garganta, con coraje, frustración, impotencia, porque a Carlos Manzo lo contacté y estábamos por definir la fecha para que viniera a Xalapa con la finalidad de empezar una corriente que impulsará las candidaturas independientes en Veracruz, ya sólo faltaba fijar la fecha de su visita.
En mi vida pública he estado cerca de tres magnicidios: Luis Donaldo Colosio Murrieta, Juan Camilo Mouriño Terrazo, y Carlos Alberto Manzo Rodríguez.
A Luis Donaldo lo conocí en una cena en Los Pinos, en el famoso Salón Carranza en 1993, dentro del “Seminario sobre la Libertad”, que organizó siendo el titular de la SEDESOL, aquella noche se nos acercó a unos 5 veracruzanos, se presentó y como ratoncitos apenas y pudimos balbucear nuestros nombres. Posteriormente, en enero de 1994, mi amigo Juan Carlos Morales Páez, me invitó para que me incorporará a la campaña presidencial en la secretaría de organización del CEN del PRI, -no siendo priista me integré a esa campaña-. Para un joven en aquella época, quien no se iba a identificar con la “cultura del esfuerzo”, y por supuesto su asesinato me cambió la vida, me retiré a la vida privada, trabajé un par de años en la consultoría “Logiciel”.
Con Juan Camilo, fue diferente, como secretario de gobernación recuerdo que, en la comisión permanente de 2008, en una reunión donde estaba mi amigo Juan Bueno Torio, él era senador de la república, le hicimos un diagnóstico de cómo estaba el estado de Veracruz, siempre atento, inteligente, ágil; pero fue un secretario atípico, porque en la noche nos íbamos de fiesta varios diputados federales con él, fue otro tipo de convivencia. Recuerdo perfectamente la sesión plenaria del PAN en julio de 2008 en el estado de Hidalgo, allí Juan Camilo, como le solíamos decir, se sentó en nuestra mesa, allí departimos en la cena Héctor Larios Córdova, Juan José Rodríguez Prats, Maru Campos Galván, Liliana Carvajal Méndez, en donde aparecimos al otro día en una foto inolvidable de 8 columnas en el periódico “Reforma”.
El 11 de noviembre de 2008, me encontraba en la oficina de mi amigo Manuel Camacho Solís, y eran 7 días después del desplome del avión en donde viajaba Juan Camilo, es pertinente comentar que la oficina de Manuel Camacho se encontraba a escasos metros del accidente, el edificio aún estaba teñido de negro. La plática fue sobre el accidente, y por supuesto, a diferencia del caso Colosio, aquí no fue el sistema quien lo eliminó, ya que era el candidato presidencial de Felipe Calderón Hinojosa, si no el poder fáctico que hoy gobierna a México.
Y en el caso de Carlos Manzo, como lo mencioné al principio, estábamos fijando la fecha para su visita a Xalapa; su aniquilación fue eliminarlo porque sería el segundo gobernador independiente en 2027 en Michoacán, y uno de los posibles aspirantes presidenciales en el 2030, como candidato independiente.
El gobierno estatal y federal lo abandonaron, lo dejaron a su suerte con los criminales de Michoacán; el estúpido boletín de prensa gubernamental, con el mismo cliché de hace 50 años, de que “no quedará impune su muerte”. Cuando los gobiernos estatal y federal cometieron varios delitos, como: negligencia de funciones públicas, omisión de protección a servidor público, y negligencia en materia de seguridad pública.
Por otra parte, un hecho por demás cobarde, ya que lo mataron frente a su pequeño hijo; el gobierno bárbaro cuyo trato a los opositores al gobierno federal o estatal, no es el de que los derroten en el campo de las ideas (porque en morena no hay ideas, hay hígado), de las políticas públicas, en campaña electoral, o que ni los dejan participar y aun así los multan, pero el aniquilar al adversario, es la política del amigo/enemigo muy propia de regímenes fascistas, sólo porque no le gusta la crítica; entonces, que no se dediquen a la política, ya que “si no se puedes soportar el calor, sal de la cocina”, como lo dijo el expresidente de los EUA, Harry Truman.
Tres muertes políticas que me han dolido mucho: Colosio del PRI, Mouriño del PAN, y Manzo como independiente; de este último con su movimiento del “sombrero” ganaron en 2024 una diputación federal, dos diputaciones locales, y la alcaldía de Uruapan, todos como independientes, dejando a morena por más de 10 puntos de diferencia.
Los tres magnicidios han tenido una constante: a los sectores duros no les gustaba la forma de hacer política, puesto que los tres querían cambiar al país, por eso los eliminan, prefieren que el país viva en la mediocridad, el conformismo, el silencio cómplice, y sumirlos en el fanatismo provocado desde la polarización sociopolítica de un gobierno sociópata.
Carlos Manzo, representaba una nueva forma de hacer política, era directo, claro, sin populismos, entrón, preparado, audaz, inteligente, que se convirtió en un crítico de la política de seguridad nacional, quien no fue partidario de los abrazos con los delincuentes que hoy son los jefes de los gobiernos de cualquier nivel; en la medida de sus posibilidades armó y modernizó a su policía municipal, pero era casi simbólica esa fuerza, le pidió, le rogó, le imploró al gobierno federal y estatal que lo apoyaran en su lucha en contra de los grupos delictivos y lo dejaron sólo, por eso hoy ya no sirven de nada ni los pésames, ni su actuación gubernamental de que investigarán el asesinato, ya para que, si el apoyo era en el momento y en vida, ahora muerto, no tiene ningún caso.
Esta sensación no sólo de pérdida de un político municipal que saltó a la fama nacional y hasta internacional, particularmente en los Europa y los EUA, por su política diferente para atacar el problema de seguridad, la cual estaba dando resultados, esta era la diferencia fundamental entre un gobernante independiente con los partidos políticos.
Sin embargo, el mensaje cobarde que lanzan sus autores intelectuales, es que la vía independiente se torna peligrosa, porque los grupos criminales no les financian sus campañas electorales, y que hay que infundir miedo en la sociedad, para que no apoyen a este tipo de candidatos y gobernantes, para que no reclamen, no critiquen, y que todo lo puede y debe hacer el gobierno, pero de eso en los hechos no hay absolutamente nada, un partido gobernante cuyo crecimiento mediocre en el sexenio pasado fue del 0.8% del PIB, y en este estaría aún más abajo, en el 0.4%, cuando prometieron en el sexenio pasado que se crecería al 6% anual. Con morena se camina hacia un modelo chino, una economía capitalista y un sistema político totalitario, y por eso no hay que permitirlo.
Liquidaron a la esperanza, a los sueños, a pensar en una sociedad de paz y no de guerra, como la que se está viviendo en cualquier parte del país, a otra forma de hacer política, y a gobernar de manera eficaz; por todo esto el gobierno federal y estatal tendrán que asumir sus responsabilidades. Termino esta columna con un fragmento de una amiga que trabaja en el gobierno del estado de Veracruz, que me envío esta mañana, y observo que esta indignación ya es nacional, finalmente, quiero comentar que me han escrito muchas personas para decirme, más o menos lo mismo:
“Buenos días Eduardo espero se encuentre bien usted y toda su familia, le quiero pedir de favor si me pudiera enviar la liga para la revocación de mandato de todas estas ratas asquerosas, asesinas y mal nacidas que están sacando lo peor de si mismas, me siento indignada desde lo que ocurrió en Poza Rica y a sus alrededores, anoche asesinaron al alcalde de Uruapan delante de sus hijos pequeños, su familia y miles de familias que estaban celebrando sus tradiciones de estos días de muertos no es posible que les sigamos dejando a estos asesinos las vidas y el futuro de nuevas generaciones…”
¡Visita y suscríbete a nuestro canal en Youtube, dando click a la imagen!




