La presidenta Claudia Sheinbaum buscó apagar las versiones sobre un presunto intento de adelantar la revocación de mandato, pero sus declaraciones encendieron aún más el debate político nacional.
Frente a los reporteros, Sheinbaum aclaró que “no hay ninguna petición formal para realizar la revocación”, sino una propuesta de algunos diputados para que el ejercicio se lleve a cabo en 2027 y no en 2028, con el argumento de que ese año ya habrá elecciones locales y podrían ahorrarse recursos públicos.
“Es algo que hay que analizar, no aprobar así rápido al vapor. Pero es una buena propuesta, porque se hace al mismo tiempo que otra elección y no se tienen que destinar recursos al siguiente año”, explicó la mandataria.
Sin embargo, no dejó claro si apoya o no la idea, lo que abrió espacio a interpretaciones sobre la verdadera postura del gobierno.
La presidenta insistió en que la revocación es un derecho ciudadano que existe “gracias al presidente López Obrador”, y que lo único en discusión es el año en que se aplicará.
Mientras tanto, la Cámara de Diputados detuvo el análisis de la propuesta, posponiendo su discusión hasta nuevo aviso.
El tema no es menor: la revocación de mandato, uno de los estandartes políticos del lopezobradorismo, podría convertirse en una prueba de fuego para el gobierno de Sheinbaum.
¿Anticipar la consulta es una decisión técnica… o una jugada política para controlar los tiempos?
Por ahora, la presidenta mantiene el discurso prudente, pero el debate ya comenzó, y el país vuelve a preguntarse: ¿el pueblo decidirá antes de tiempo si continúa o no el mandato?
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