En un giro digno de thriller geopolítico, Donald Trump aseguró este domingo que Estados Unidos “podría sostener conversaciones” con Nicolás Maduro… justo cuando la Casa Blanca despliega el mayor poderío militar en el Caribe en generaciones. Diplomacia con micrófono en una mano y un portaaviones nuclear en la otra.
Sin ofrecer un solo detalle, Trump soltó que “Venezuela querría hablar”. Cuando le preguntaron qué significaba exactamente, se desentendió: “Tú dime, no lo sé”. Y remató con una frase que suena más a amenaza que a apertura: “Hablaré con cualquiera. Veremos qué pasa.”
Mientras Trump improvisa declaraciones, la Armada estadounidense afianció su presencia con el arribo del USS Gerald R. Ford, el portaaviones más avanzado del mundo, acompañado por destructores, escuadrones de combate y casi 12 mil marineros e infantes de Marina. Todo bajo la bandera de la operación “Lanza del Sur”, presentada como una campaña antidrogas… pero que luce más como una maniobra de cerco militar contra Caracas.
83 muertos en ataques “antidrogas” sin pruebas
El Comando Sur no pierde tiempo: publicó un video mostrando la destrucción de una embarcación en el Pacífico oriental, un ataque que dejó tres muertos. Y no es el único. Desde septiembre, EE.UU. lleva 21 operaciones letales en el Caribe y Pacífico, con al menos 83 personas abatidas.
Hasta hoy, no ha presentado evidencia de que fueran realmente “narcoterroristas”.
Trinidad, Panamá y el cerco silencioso
Mientras el portaaviones avanza, tropas estadounidenses realizan ejercicios militares en Trinidad y Tobago, a tan solo 11 kilómetros de Venezuela. El gobierno local los defiende como acciones anticrimen; Caracas los denuncia como agresión encubierta.
En paralelo, el ejército estadounidense reactivó entrenamientos en Panamá, en una clara señal de que la apuesta militar en América Latina está lejos de terminar. El secretario del Ejército fue tajante: “Estamos listos para actuar en lo que sea que Trump necesite.”
Maduro no responde… pero acusa
Caracas guarda silencio sobre el portaaviones, aunque Maduro ha reiterado que EE.UU. “inventa” una guerra en su contra, justo mientras enfrenta cargos de narcoterrorismo en cortes estadounidenses.
El mensaje final de Trump: esto apenas empieza
Sin titubeos, Trump advirtió que la operación escalará y no se limitará al mar:
“Detendremos las drogas que entran por tierra”.
Lo que se ve es una estrategia de presión total: diplomacia improvisada, operaciones letales sin pruebas claras, ejercicios militares por toda la región y un portaaviones nuclear a la puerta de Venezuela.
La pregunta ya no es si Trump hablará con Maduro, sino desde qué posición: la mesa de negociación… o la cubierta de un portaaviones.
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