La presidenta Claudia Sheinbaum encendió este martes un nuevo capítulo en su agenda social: el arranque oficial de las Farmacias del Bienestar, un programa que promete entregar medicamentos gratuitos sin filas, sin trámites eternos y sin rodeos… al menos en el papel.
Desde la conferencia matutina en Palacio Nacional, la mandataria anunció que este nuevo sistema de módulos estará ubicado afuera de centros de salud pública y, a partir de la próxima semana, también en las Tiendas del Bienestar, para que los beneficiarios del programa Salud Casa por Casa reciban de inmediato los fármacos recetados.
El debut no es menor: 500 farmacias arrancan hoy en el Estado de México, un despliegue que Sheinbaum calificó como el primer paso hacia un objetivo mayor: tener presencia en las 32 entidades para marzo del próximo año.
“Para que no tengan que entrar al centro de salud y hacer fila”, enfatizó Sheinbaum, presentando uno de los módulos en un video transmitido durante la conferencia. La narrativa oficial es clara: reducir el desgaste de los pacientes y agilizar la entrega de medicamentos.
Pero más allá del anuncio, el reto apenas comienza. El país arrastra años de desabasto, retrasos logísticos, compras fallidas, mentiras y fraudes. La gran pregunta es si esta red de Farmacias del Bienestar será el golpe de timón que el sistema de salud necesita o otro intento que se quedará corto ante la realidad.
Lo único seguro es que el despliegue será veloz:
“En los primeros meses de 2026 cubriremos todo el país”, informó el video proyectado en Palacio Nacional.
La apuesta es ambiciosa; el escrutinio ciudadano será aún mayor. Porque esta vez, la promesa no es menor: medicinas para todos, sin costo y sin excusas.
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