La sucesión en la Fiscalía General de la República está a punto de convertirse en la prueba máxima del nuevo poder político en México. Este miércoles, el Senado recibirá la terna enviada por la presidenta Claudia Sheinbaum, integrada por Ernestina Godoy, Luz María Zarza y Maribel Bojorges, una lista que ya encendió las alertas dentro y fuera del recinto legislativo.
Las tres aspirantes comparecerán ante el pleno, pero en los pasillos del Senado todos saben que la verdadera batalla tiene nombre y apellido: Ernestina Godoy, la favorita del oficialismo y actual encargada de despacho tras la turbulenta salida de Alejandro Gertz Manero. Morena y sus aliados ya movieron ficha para asegurar su llegada, y fuentes legislativas aseguran que harán todo lo necesario para reunir la mayoría calificada.
El proceso es claro: votación por cédula de los 128 senadores y un plazo de 10 días para decidir quién tomará las riendas de la FGR en un momento clave para el país. Sin embargo, hay un detalle que hace que la oposición se muerda las uñas: si el Senado no logra ponerse de acuerdo, la presidenta tendrá la facultad de designar directamente a la próxima fiscal entre las integrantes de su terna.
En otras palabras, pase lo que pase, Palacio Nacional tiene la ventaja.
Mientras la Mesa Directiva, encabezada por Laura Itzel Castillo, formalizó la recepción del documento, las tensiones crecen y la pregunta circula en los corrillos políticos:
¿Estamos ante un proceso institucional o ante la consolidación del “maxipoder” presidencial sobre la justicia?
En los próximos días se sabrá si el Senado define… o si Sheinbaum, de manera quirúrgica, ejecuta la jugada que muchos ya dan por hecha.
La partida está en marcha —y las piezas ya están acomodadas.
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