La lucha interna dentro del Cártel de Sinaloa ha cambiado por completo el panorama del crimen organizado en México. A cinco meses de que estallara el conflicto entre Los Chapitos y La Mayiza, las bajas se acumulan, las alianzas son inciertas y un tercero en discordia observa pacientemente: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Según el analista de seguridad David Saucedo, no hay evidencia de que Iván Archivaldo Guzmán Salazar, líder de Los Chapitos, haya pactado con Nemesio Oseguera Cervantes, líder del CJNG. Sin embargo, todo indica que el CJNG sigue una estrategia calculada: dejar que ambas facciones se desgasten antes de intervenir.
Saucedo compara la táctica con la de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial: esperar el debilitamiento de los rivales antes de intervenir y consolidarse como el gran vencedor. Si el CJNG se involucra demasiado pronto, podría fortalecer a uno de los bandos sin obtener un beneficio real.
El temor de algunos analistas es que, si la alianza entre CJNG y Los Chapitos se concreta, podría surgir un “mega cártel” con un dominio similar al que tuvo el Cártel de Guadalajara o La Federación en su momento. Sin embargo, la historia ha demostrado que estas alianzas criminales suelen ser temporales y terminan en traiciones y más violencia.
Mientras tanto, la guerra sigue su curso, con Sinaloa, Sonora, Baja California y Durango como principales escenarios del conflicto. El CJNG, por ahora, sigue esperando el momento perfecto para mover sus fichas en un juego donde el ganador se quedará con todo.
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