Indignación y decepción

Abel Domínguez Camacho

La indignación de las mujeres mexicanas, abuelas, esposas, madres, hijas, hermanas, primas, vecinas, compañeras de escuela o del trabajo, conocidas de la parada de autobús, mujeres TODAS, llegó a su límite en el momento en que el Presidente hizo evidente que no entiende nada respecto a la violencia que viven y sufren las mujeres es este país, México. Las mujeres y la sociedad en general vive en una incertidumbre total, a falta de políticas públicas se recibe, diariamente, una retórica sin fundamento y de carácter mesiánico y polarizante.  En oportunidad y de diferentes modos y medios se le ha precisado al ejecutivo federal un sin número de demandas sociales, su respuesta fue, durante 15 meses, desestimar a los demandantes y culpar a otros, de todos los fenómenos que se observan en el país.

Indignación y decepción, de frente a estos dos sentimientos de la sociedad, no hay marcha atrás.

Tuve la intención de hacer una nota, por segunda ocasión, sobre los “datos” duros que nos dejan la indignación y decepción del pueblo mexicano, desistí, primero pensando que sería un sin sentido cuando chocamos de frente con “yo tengo otros datos” y expresiones de descalificación, pero, en realidad desistí de trabajar los datos cuando Sagrario[1] me pasó la primera información sobre la marcha de los universitarios en Puebla y aquellas de apoyo como los de la Universidad Veracruzana-en paralelo estuve observando en los diferentes medios, impresionante-en su correo me hace manifiesta la indignación de la que hablo, ella que es hija y madre, estudiante y proveedora del sustento; en su misiva expresa, también, el miedo con que enfrenta su cotidianidad y se pregunta angustiada sobre el futuro de su menor hijo. No hay dato duro que valga más que las imágenes observadas en estos días.

Indignación, temor y decepción de la sociedad, sí que el pueblo es sabio, ya se dio cuenta que no “hay esperanza” de que las cosas cambien si no hay un rumbo, si no hay una hoja de ruta plasmada en políticas públicas, si no hay una dirección.

Este 08 de marzo de 2020, las mujeres mexicanas salieron a las calles para manifestar esa indignación, las manifestantes se expresaron de muchas maneras ante un gobierno insensible,  pero fundamentalmente exigiendo JUSTICIA, hoy las mujeres mexicanas hicieron historia marcando la pauta con su acción movilizadora. Así se hace la historia, no por decreto.

Las mujeres en las calles recibieron la sororidad y solidaridad desde las banquetas, donde los familiares y amigos expresaron su apoyo, desde las azoteas de los edificios, desde los negocios que iban dejando a su paso, allí estuvo México. Claro que desistí de trabajar sobre los datos, lo evidente no tiene comprobación. Ya habrá oportunidad de conocer la magnitud de las marchas pero, sobre todo, del impacto, de la trascendencia de que la mujer mexicana alzara la voz, y levantara el puño también.

Insisto en que desde palacio no han entendido nada sobre la violencia de género y nada sobre las demanda de la sociedad en general, por la simple razón de que no se entiende que las demandas son a la institución presidencial, confundido, muy confundido, cree que las exigencias y críticas son a su persona, por eso voltea hacía el pasado o hacía los enemigos que él mismo ha venido construyendo, confundido culpa a un algo o un alguien que no existe. La oposición es aquello que él mismo representó en el pasado y del mismo modo jugó su papel, ahora le corresponde enfrentar la realidad desde el otro lado y, todo indica, que no sabe como se hace la cosa. ¿será que no se lo esperaba, a pesar de…?

Hay en todo el sistema patriarcal, incluye a palacio nacional, un “miedo a la mujer sin miedo” https://dialogandoconabel.blogspot.com/2020/02/feminicidios-mas-alla-de-los-datos.html.

Por lo pronto #ElNueveNingunaSeMueve.