La resaca de un patético

Roberto Valerde García

Leí en alguna ocasión que en la vida diaria, pero principalmente dentro de la política, la estupidez y la soberbia suelen ser una combinación realmente deprimente y con gran potencial de autodestrucción para quienes con tantito poder o -peor aún- sin él, creen que lo tienen, lo que los vuelve todavía más patéticos, ridículos y estúpidos.

Para muestra, el caso de Aldo Valerio Zamudio, director de Comunicación Social del Congreso del Estado, que de “borracho centavero” y “extorsionador de alcaldes” en todo el estado, tuvo un golpe de suerte y llegó al Congreso como jefe de prensa de los diputados de Morena que coordinaba Roberto Zenyazen Escobar.

Aldo, quien era vendedor de publicidad de un revista, que no periodista, llegó con una mano adelante y otra atrás, pero en poco tiempo, ya habría logrado amasar una gran fortuna, dicen las malas lenguas que saqueando el presupuesto del Congreso para manejo de medios.

Ya casi tengo los pelos de la burra parda en la mano y les daré detalles del soberbio “funcionario” que es tan estúpido que se olvidó por completo de un hombre, también nativo de Córdoba, que fue gobernador y que por pasarse de listo, hoy está en prisión. Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar…..