Encontrado un fantástico tesoro de oro celta en alemania

Wolfgang Herkt, un arqueólogo que trabaja como voluntario para el Museo Estatal Arqueológico de Brandemburgo y la Oficina Estatal para la Preservación de Monumentos, descubrió en 2017, cerca de la población de Baitz, el emplazamiento de un tesoro de monedas celtas de oro de gran valor. El hallazgo tuvo lugar después de que Herkt pidiera permiso al propietario de los terrenos, un granjero local, para excavar en la zona. En el transcurso de los trabajos, el arqueólogo localizó un pequeño objeto dorado y brillante, que “le recordó a la tapa de una pequeña botella de licor. Sin embargo era una moneda de oro celta”, ha explicado Marjanko Pilekić, numismático y asistente de investigación en el Gabinete de Monedas del Schloss Friedenstein Gotha Foundation, que ha estudiado el tesoro.

Después de encontrar diez monedas más, Herkt informó del descubrimiento al museo, que envió a un equipo de arqueólogos a excavar la zona en profundidad. Al final, el total de monedas exhumadas durante las campañas de excavación que se sucedieron fueron 41. “Este es un hallazgo excepcional que probablemente solo se haga una vez en la vida. Es una magnífica sensación el poder contribuir a la investigación de la historia del país con un hallazgo así”, ha declarado emocionado Herkt.

MONEDAS “PROCEDENTES DEL CIELO”
Las monedas son curvas, una característica que inspiró su nombre en alemán, regenbogenschüsselchen, que se traduce como “tazas de arcoíris”, que es como se conoce a este tipo de monedas por su curiosa forma, muy semejante a la de una copa. “En la creencia popular, estas ‘copas de arcoíris’ aparecían donde un arcoíris tocaba la Tierra “, ha explicado Marjanko Pilekić. Otra tradición dice que estas copas de arcoíris “caían directamente del cielo y se consideraban amuletos de la suerte y objetos con un efecto sanador”, añade Pilekić. Es probable que los campesinos a menudo encontraran estas antiguas monedas de oro en sus campos después de la lluvia, “libres de suciedad y brillantes”, según el numismático, y pensaran que eran un regalo del cielo.

Al comparar el peso y el tamaño de las monedas descubiertas en Baitz con los de otras antiguas “copas arcoíris” descubiertas, Pilekić pudo fechar su acuñación entre los años 125 a.C. y 30 a.C., durante la Edad del Hierro tardía. En ese momento, las áreas centrales donde se distribuía la cultura celta de La Tène (alrededor del 450 a.C. hasta la conquista romana en el siglo I a.C.) ocuparon regiones de las actuales Inglaterra, Francia, Bélgica, Suiza, Austria, el sur de Alemania y la República Checa. En el sur de Alemania, por ejemplo, “encontramos una gran cantidad de ‘copas de arcoíris’ de este tipo”, ha señalado Pilekić. Sin embargo, los celtas no vivieron en Brandemburgo, que se sitúa al este del país, por lo que el descubrimiento sugiere que la Europa de la Edad del Hierro disfrutó de unas extensas redes comerciales.

¿DE DÓNDE PROCEDEN?
De las 41 monedas de oro que componen el tesoro de Baiz, 19 son conocidas como estáteros, con un diámetro de 2 centímetros y un peso promedio de 7,3 gramos, y 22 son 1/4 de estátero, con un diámetro menor de 1,4 cm y un peso promedio de 1,8 g. Estas monedas no presentan imágenes grabadas, lo que significa que son “copas de arcoíris simples”, según Pilekić. Debido a que todas las monedas son similares es bastante probable que todo el tesoro fuera depositado al mismo tiempo.

Sin embargo, sigue siendo un misterio por qué esta colección, el segundo tesoro más grande de “copas de arcoíris simples” de este tipo jamás encontrado, terminó en Brandemburgo. “Es raro encontrar oro en Brandemburgo, pero aún es más raro que sea oro celta, algo que nadie se esperaba. Este hallazgo amplía el área de distribución de este tipo de monedas, por lo que intentaremos averiguar qué podría enseñarnos este descubrimiento que aún no sabíamos o creíamos saber”, concluye el numismático.

National Geographic