En la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso, Texas, la situación de unos 30 niños migrantes se ha vuelto crítica mientras acampan en condiciones extremas en su búsqueda por cruzar a Estados Unidos. Las temperaturas extremas de frío durante la noche y calor abrasador durante el día, junto con la insalubridad del entorno, han provocado enfermedades entre los pequeños, incluyendo fiebre, vómitos y diarrea.
El refuerzo del muro fronterizo ha llevado a que algunos migrantes se instalen cerca del punto 36, donde enfrentan condiciones precarias sin acceso a agua limpia, refugio adecuado o atención médica. Miguel Velazco, un migrante venezolano, relató la difícil situación que enfrentan, especialmente los niños, quienes lloran por las noches debido al frío y la falta de cobijo.
Santiago González Reyes, director de Derechos Humanos del Municipio de Juárez, señaló que muchos migrantes prefieren acampar en la frontera en lugar de acudir a los albergues, a pesar de la disponibilidad de espacios con servicios adecuados. Esta decisión aumenta su vulnerabilidad, especialmente entre los niños y las mujeres, quienes enfrentan mayores riesgos de enfermedades debido a la falta de acceso a agua potable y servicios sanitarios.
La situación destaca la urgente necesidad de abordar las condiciones inhumanas en las que se encuentran los migrantes en la frontera, así como de proporcionarles atención médica y servicios básicos para proteger su salud y bienestar.
