Rip Van W.
Dicen que la vida le da a uno lo que uno le da a la vida; y que uno sabrá si eso le da tranquilidad o preocupación. Lo anterior viene a cuento porque hace algunos años, allá por el 2006, un iracundo y agresivo AMLO, espetó al entonces Vicente Fox [otro que también padece de incontinencia verbal] un merecido “ya cállate, chachalaca”!.
Lo hizo porque el entonces mandatario no cesaba de promocionar a su partido y a su gobierno [en pleno período electoral]; entonces, AMLO y sus afines, impulsaron una iniciativa de ley orientada al establecimiento de lo que se conoce como “veda electoral”, para impedir a los presidentes municipales, gobernadores y al presidente de la república, aprovechar su posición de privilegio para promocionar a su persona, su partido o sus gobiernos. No obstante, muy propio de él, en la actualidad, transgrede lo que él mismo construyó en el pasado para defender la democracia; ahora, él es la reencarnación de aquel dicharachero Vicente Fox de inicios del siglo XXI. Es grosera la injerencia del presidente en la elección que definirá a su remplazo.
Parafraseando al periodista Leonardo Kourchenko, “es de enfermedad mental” la postura asumida por López Obrador, en relación con los comicios de junio de 2012. Él como candidato, ya hubiera amagado con atarse y autoinmolarse en el zócalo de la Ciudad de México, ante los actos de manipulación y de abuso por parte del titular del Ejecutivo Federal en lo concerniente a la competencia electoral. Ya se ha señalado en otros momentos en este mismo espacio pero ahora se reitera: Andrés Manuel López Obrador, ha ganado con su megalomanía, ineptitud, deshonestidad, mitomanía, falta de honor, impertinencia y locuacidad, un lugar privilegiado en ese lugar que él tanto promocionó durante años: “el basurero de la historia”. Necesitamos un nuevo Andrés que encare a este otro ya viejo, desprestigiado y gastado; y que, con justa razón le espete fuerte y claramente, un “ya cállate, chachalaca” a quien, desafortunadamente, ahora cobra como presidente de los mexicanos.
Finalmente, el señor, desde hace algunos meses, ha empezado a cosechar lo que ha sembrado con tanto ahínco [pero la cosecha apenas empieza…].
