Un golpe mortal al cártel de Ismael “El Mayo” Zambada sacudió a Sinaloa este fin de semana, cuando Martín García Corrales, uno de sus operadores más buscados por la DEA, fue encontrado sin vida junto a otros tres cuerpos en un camino de terracería en Elota, al sur de Culiacán.
El macabro hallazgo ocurrió la mañana del sábado, cerca de la carretera Internacional México 15, en un área conocida por ser ruta de paso de actividades ilícitas. Los cuerpos, todos ejecutados y con visibles huellas de tortura, fueron abandonados en la zona, intensificando la violencia que se vive en la región.
Martín García Corrales, junto con su hermano Leobardo, era un objetivo prioritario para la agencia antidrogas de Estados Unidos. La DEA lo señalaba por su participación en la producción de metanfetamina y fentanilo, drogas que han devastado comunidades en ambos lados de la frontera. Además, se le acusaba de haber adquirido cientos de armas, incluyendo granadas, mediante intercambios de fentanilo, para su traslado a Estados Unidos.
Este crimen pone en evidencia la cruenta lucha interna que se vive dentro del narcotráfico en México, donde las traiciones y ajustes de cuentas se traducen en escenas de horror como la de Elota. La muerte de García Corrales podría desatar nuevas olas de violencia en la región, mientras las autoridades continúan investigando los detalles de este brutal asesinato.
El golpe a uno de los operadores de “El Mayo” Zambada es significativo, pero también subraya la brutalidad y el alcance del narcotráfico en México, un problema que sigue desafiando a las autoridades nacionales e internacionales, y que deja un rastro de sangre y dolor a su paso.
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