El presidente Donald Trump recibió hoy un golpe judicial que podría marcar un antes y un después en la batalla por la libertad de prensa: un juez federal ordenó reactivar de inmediato la Voice of America (VOA) y otros medios internacionales financiados por el gobierno de EE.UU., luego de que su administración los cerrara abruptamente en marzo.
“El cierre fue arbitrario, caprichoso y violó la ley”, sentenció el juez Royce Lamberth, del Distrito de Columbia, al declarar que la decisión del gobierno republicano constituye una violación directa a la Constitución y al poder del Congreso.
La orden judicial obliga al Ejecutivo a restituir los empleos y descongelar el financiamiento de medios clave como Radio Free Asia, Alhurra y Middle East Broadcasting Networks, todos supervisados por la Agencia de Medios Globales de Estados Unidos (USAGM).
VOA, fundada hace 83 años durante la Segunda Guerra Mundial, había sido silenciada por primera vez en su historia tras una orden ejecutiva de Trump y la ejecución inmediata de su asesora Kari Lake. El servicio contaba con más de 2,000 empleados, se emitía en 49 idiomas y tenía una audiencia semanal superior a los 360 millones de personas.
“Es una afrenta al Congreso que el gobierno se niegue a gastar los fondos como fueron asignados por ley”, escribió Lamberth en su fallo de 37 páginas.
El futuro de los medios aún está en juego, pues el gobierno de Trump ha desafiado previamente fallos judiciales, incluso de la Corte Suprema. Sin embargo, esta decisión representa un fuerte freno a las intenciones del mandatario de ejercer mayor control sobre los medios públicos.
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