Contra todo pronóstico y en medio de acusaciones por compra de votos, amenazas y uso indebido de recursos públicos, el Partido Acción Nacional (PAN) logró imponerse en más de 45 municipios veracruzanos, desafiando lo que califican como el avance de un nuevo régimen autoritario.
En un comunicado cargado de tono combativo, el PAN celebró lo que considera una “chispa de esperanza democrática” frente a lo que llaman “la formación de una nueva dictadura” en México y en Veracruz.
“Gracias a los ciudadanos libres, a los valientes que defendieron las urnas, a los equipos de campaña, y a los electores que se negaron a dejarse intimidar”, expresaron.
Un proceso bajo la sombra de la intimidación
Los panistas denunciaron que la jornada electoral estuvo manchada por la violencia, el abstencionismo y una competencia desigual, derivada —afirman— del uso de recursos públicos a favor del oficialismo.
Pese a esto, aseguraron que defenderán sus triunfos en todas las instancias legales, y se comprometieron a respaldar a sus regidores en los municipios donde no obtuvieron la victoria.
Democracia en pie de lucha
El PAN advirtió sobre el resurgimiento de un “partido de Estado” al estilo de los viejos regímenes autoritarios, pero consideró sus triunfos como una señal clara de que la democracia aún respira en Veracruz.
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