Egipto mata a 40 supuestos terroristas tras el atentado de Guiza

Como en un acto reflejo, habitual en las horas sucesivas a cada atentado, las fuerzas de seguridad de Egipto han realizado este sábado tres redadas contra presuntos escondites terroristas que acabaron con la muerte de 40 supuestos militantes, según un comunicado del Ministerio del Interior. La acción antiterrorista llegó después de un ataque el viernes contra un autobús turísticoque segó la vida de tres visitantes vietnamitas y su guía turístico egipcio.

Dos de las redadas han tenido lugar en la provincia de Guiza, escenario del ataque terrorista del viernes, y la tercera se ha realizado en el norte de la península del Sinaí, feudo de una tenaz insurgencia yihadista liderada por Wilaya Sina, la filial regional del autodenominado Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés). Ningún grupo ha asumido la autoría del ataque, pero todo apunta a que se trataría del ISIS, el único que hasta el momento ha atentado contra intereses turísticos en Egipto. Los militantes habían estado preparando atentados para ser cometidos durante los festejos de Navidad, que la minoría cristiana ortodoxa copta celebra el 6 de enero.

Según el comunicado, cuya veracidad es difícil de determinar en un país donde una ley castiga con penas de cárcel el hecho de ofrecer una versión sobre un atentado diferente a la oficial, 14 presuntos terroristas han sido abatidos en la ciudad del Seis de Octubre, situada en las afueras de El Cairo, y otros 16 en el Desierto de Baharia, a más de 300 kilómetros al suroeste de la capital. Los 10 restantes han muerto en la ciudad de al-Arish, situada al norte de la provincia del Sinaí y escenario habitual de atentados terroristas.

En su nota pública, Interior no ha ofrecido ninguna información sobre la identidad o afiliación de los terroristas —o si existe algún vínculo con el ataque del viernes—, pero sí se hizo público el hallazgo de grandes cantidades de armas, munición y material para preparar explosivos. “El sector de la seguridad nacional disponía de información sobre la preparación de una serie de ataques terroristas contra instituciones estatales, especialmente [relacionadas con] la economía, la industria turística, las fuerzas armadas, la policía y templos cristianos”, rezaba la nota. Durante los últimos dos años, la minoría cristiana copta ha sido víctima de varias masacres perpetradas por el ISIS.

El hecho de que tras cada atentado grave las fuerzas de seguridad egipcias lleven a cabo operaciones que se saldan con la muerte de varios “terroristas”, sin realizar ninguna detención ni tampoco sufrir baja alguna, ha levantado las suspicacias de los grupos de defensa de los derechos humanos. A veces, las autoridades incluso aseguran que los milicianos abatidos eran los responsables del ataque, lo que implicaría el éxito en un tiempo récord de una compleja investigación. “Tanto la policía como el Ejército tiene un historial de ejecuciones extrajudiciales”, explica Hussein Baoumi, investigador de Amnistía Internacional especializado en Egipto.

“Estos comunicados celebrando la ‘liquidación de terroristas’ suelen llegar inmediatamente después de atentados. Desde que el nuevo ministro de Interior asumió el cargo el pasado junio, el Ministerio de Interior ha anunciado haber neutralizado a 167 personas”, señala Baoumi a través de un correo electrónico. Las autoridades egipcias suelen acompañar sus notas de fotografías de presuntos militantes abatidos, tendidos en el suelo junto a un arma, una escenografía que algunos expertos sostienen que podría ser fabricada. De hecho, en algunos casos, familiares de los fallecidos han afirmado que estos habían sido detenidos meses antes y, probablemente, permanecido en alguna de las varias cárceles secretas existentes en el país. “Las autoridades egipcias deberían efectuar investigaciones prontas, imparciales y completas sobre estas matanzas, y difundir sus conclusiones. Los responsables de las ejecuciones extrajudiciales deben responder ante la justicia”, remacha Baoumi.

Este último ataque puede suponer un golpe al turismo justo cuando el país se estaba recuperando del annus horribilis que fue 2015, cuando el ISIS derribó un avión con 224 personas a bordo, la mayoría turistas rusos.

UN PAÍS SUMIDO EN LA VIOLENCIA

Egipto cayó en una espiral de violencia en 2013, después del golpe de Estado que llevó al poder a Abdelfatá al Sisi. Desde entonces, se han producido cientos de atentados que tenían como objetivo la policía, los turistas y los coptos. El grupo terrorista más sanguinario que actúa en Egipto es Wilaya Sina. Su bastión es la península del Sinaí, pero desde 2015 se ha extendido por el resto del país. Más de 400 presuntos terroristas habrían sido abatidos durante los últimos 10 meses, según las Fuerzas Armadas.

El País