Las antigüedades afganas en peligro por la toma del poder de los talibanes

«El patrimonio afgano se encuentra actualmente bajo la amenaza de saqueos y tráfico ilícito», alerta la Organización Internacional de museos y profesionales para la Conservación, mantenimiento y difusión del Patrimonio Cultural ( ICOM). La toma del poder por parte de los talibanes ha encendido todas las alarmas de cuantos trabajan en la salvaguarda de los bienes culturales de Afganistán.

El Museo Nacional de Afganistán publicó el pasado lunes un comunicado en el que expresaba su «gran preocupación» por la seguridad de las obras que alberga ante el caos «sin precedentes» en el que se encuentra inmersa Kabul, la capital afgana. «Aprovechando la oportunidad, saqueadores y contrabandistas en diferentes partes de la ciudad han saqueado propiedades privadas y públicas», denunciaba la institución. Aunque afirmaba que por el momento la colección estaba «a salvo», el museo instaba a «las fuerzas de seguridad, la Comunidad Internacional, los talibanes y otras partes influyentes» a tomar medidas para poner a salvo las piezas de esta institución y a sus empleados.

En el recuerdo aún perduran las imágenes de las brigadas de talibanes que irrumpieron en el museo y en el almacén del Ministerio de Cultura para romper con hachas y martillos cualquier pieza en la que se representara la figura humana o cualquier ser vivo. Difícil olvidar también cómo destruyeron con dinamita, disparos de tanques y cohetes las dos monumentales estatuas de Buda construidas cerca del siglo V en el Valle de Bamiyán.

Ante el temor real a que atrocidades como éstas se repitan y a que el patrimonio afgano salga ilícitamente del país, el ICOM ha difundido una lista de antigüedades que se encuentran en peligro, en un intento de darlas a conocer para que puedan ser identificadas en caso de que salgan a la venta de forma ilícita.

Entre los ejemplos de objetos que destaca la institución figuran multitud de piezas del periodo preislámico como cerámicas o frascos para cosméticos de metal con forma de animal, estatuillas bactrianas de clorita y calcita (generalmente con una cabeza extremadamente pequeña y un vestido elaborado) o relicarios en forma de cajas en forma de bolitas con tapas o estupas en miniatura.

También incluye en su relación bastones de piedra (cetros) finamente labrados, que a veces están tallados en un extremo en forma de casco de caballo y que pueden alcanzar casi los 2 metros de largo, o sellos ‘compartimentados’, generalmente redondos, con imágenes en relieve profundo de figuras geométricas, pájaros o animales.

Otras de las obras en riesgo son los paneles de marfil con decoración tallada, monedas antiguas, antiguos manuscritos, fragmentos de pinturas murales, esculturas budistas o figuras de estuco o de arcilla pintada.

De época islámica, ICOM llama la atención sobre manuscritos, objetos de metal con incrustaciones de oro y plata, azulejos, cerámicas o elementos arquitectónicos.

La Organización Internacional de museos y profesionales para la Conservación, mantenimiento y difusión del Patrimonio Cultural ha reunido en una lista roja diversos objetos inventariados en colecciones de instituciones reconocidas que sirven para ilustrar los bienes culturales más vulnerables al tráfico ilícito.

ABC