La amistad con Rusia

Héctor Aguilar Camín

La bancada oficialista de Morena y del Partido del Trabajo decidió protocolizar su amistad con Rusia en el momento en que Rusia desata sobre Ucrania una guerra, cuyos atentados contra población civil admiten la calificación de genocidio.

La posición de los diputados oficialistas escandalizó a todo el que haya seguido con un mínimo de atención lo que Rusia hace y deshace en Ucrania.

No sólo por la ceguera política frente al repudio global de la invasión, sino porque en ese gesto pueden leerse posiciones que el gobierno mexicano no asume como tal, pero que forman parte, como dice Jorge Castañeda, “de su esencia” ideológica.

Se trata de una esencia mañosa, dicha a medias, con la palabra “Transformación” que traviste la menos tragable de “Revolución”.

¿En qué mundo viven los diputados de ese partido? se pregunta Castañeda. ¿Y en qué mundo vive el discurso revolucionario del gobierno que los promueve como heraldos de segundo piso para no comprometer de frente su propia voz?

Viven en el “mundo de la solidaridad con los regímenes más odiosos del planeta”, responde Castañeda, “en el de la nostalgia por la URSS y el bloque socialista, en la hermandad de los pueblos de América Latina”.https://bit.ly/3iKGAhe.

Y en el mecanismo que cose todo eso: un antiimperialismo pavloviano según el cual el enemigo histórico de México ha sido siempre, y es, Estados Unidos, de donde se sigue que:

Lo que le conviene a Estados Unidos no le conviene a México. Lo que no le conviene a Estados Unidos le conviene a México. De donde se sigue que el enemigo de Estados Unidos es amigo de México y el amigo de Estados Unidos, nuestro enemigo.

Entonces, de alguna manera, si Putin es enemigo de Estados Unidos, es amigo de México. Lo mismo que China, Castro, Maduro, Ortega, Evo Morales o Corea del Norte.

Vieja y renovada esencia. El ejército nazi era aplaudido en los cines de la Ciudad de México en los 1930s. En la UNAM se escucharon vítores por el bombardeo de las Torres Gemelas.

El antimperialismo ciego es parte del arsenal ideológico de la izquierda mexicana y del nacionalismo revolucionario priista.

Hoy habita, no tan embozado, en Palacio.

Milenio