La Guardia

Héctor Aguilar Camín

Mucha gente preocupada por la militarización de México se pregunta: ¿una vez que se le han dado tantas cosas a los militares, tantas funciones y prebendas ajenas a su función, cómo y quién podrá regresarlos a sus tareas?

Una de las promesas mejor recibidas del candidato López Obrador fue que regresaría al Ejército a sus cuarteles.

Pero hizo exactamente lo contrario: sacó a los militares de sus cuarteles y los desplegó como responsables sobre funciones estratégicas del gobierno civil, como las aduanas, los puertos y la obra pública.

La próxima reforma constitucional sobre las Fuerzas Armadas que el Presidente piensa enviar al Congreso, al parecer buscará consumar en la Constitución la entrega al Ejército del mando directo sobre la seguridad pública, mediante la absorción en las Fuerzas Armadas de la Guardia Nacional.

Es uno de los pasos más criticados y temidos de la sociedad, entre expertos en seguridad, partidos políticos, activistas en derechos humanos, observadores diplomáticos, periodistas, hasta historiadores. Y, desde luego, millones de ciudadanos.

No sabemos en realidad lo que busca el Presidente con este maridaje con las Fuerzas Armadas, ni si a estas les gusta realmente esta expansión fuera de sus especialidades institucionales históricas.

Quizá la discusión de la reforma que constitucionaliza la militarización de la seguridad pública, asunto de policías y mandos civiles en toda sociedad democrática, sea una buena oportunidad de empezar a poner un límite a la militarización de México.

Un No del Congreso a la militarización constitucional de la Guardia Nacional podría empezar a enviar a las Fuerzas Armadas el mensaje correcto de que hay en la sociedad dudas y temores sobre su maridaje en expansión con el actual Presidente.

Ese No del Congreso obligaría a empezar a corregir el rumbo y a cumplir con lo que hoy manda la Constitución al respecto, que es tener al frente de la Guardia un mando civil y no un mando militar.

Podría empezar ahí un regreso a la normalidad en las funciones de las Fuerzas Armadas, que hoy vemos presentes en muchos frentes civiles, desnaturalizando su función y abriendo zonas de sospecha de corrupción en los militares y de pretensiones de militarización de su mandato en el gobierno civil.

Milenio