La gozosa incertidumbre

Federico Reyes Heroles

“La libertad vive en la frontera entre lo posible y la voluntad”
André Maurois

La incertidumbre es uno de los territorios más intrigantes de la vida. Imposible erradicarla. Se pueden tomar muchas previsiones, pero… ahí estará. La gran diferencia radica en cómo la asumimos. Eso marcará nuestra existencia.

Karl Popper, uno de los mayores pensadores liberales del siglo XX, elaboró un sólido andamiaje teórico para advertir sobre los determinismos. Las certidumbres son muy populares. En parte eso explica la religiosidad del ser humano, los fanatismos de todo tipo, la negación de la realidad. En contraste, la incertidumbre no es popular. Por eso los políticos siempre intentan vender certidumbres. Pero la democracia implica incertidumbre. ¿Quién va a ganar la elección del 2024? Imposible saberlo. Los que desde ahora afirman que la victoria de Morena es evidente, pueden estar tan equivocados como los pesimistas irredentos que aseguran que la oposición está perdida. Buscar certidumbres para tranquilizar ánimos, engaña. Discutir lo incierto es el reto de este oficio.

¿De verdad la que pareciera preferida del Presidente ganará a sus colegas? Alejandro Moreno, un gran exerto en demoscopia ha mostrado (De encuestas y corcholatas, El Financiero, 16/06/2023) las múltiples sombras del método de Morena. Las encuestas, dice, no son kingmakers, hacedores de reyes. Todavía correrá mucha agua. De entrada, como mostró el ejercicio de abril de Buendía & Márquez, sólo 26% de los mexicanos considera que el próximo gobierno debe seguir el mismo rumbo, sin cambios. En contraste, 70% –gran mayoría– considera que se deben cambiar “algunas cosas” 42% y “cambiar de rumbo” 28%. Si el radicalismo continúa en Morena, la silla se alejará. A la vez, ese deseo de cambio es un vasto territorio de conquista para la oposición.

Todo cambia. Hace un mes, México Elige mostraba un empate en “buena imagen” entre Sheinbaum y Ebrard. En junio, el excanciller se sitúa tres puntos por arriba de la doctora, e incluso del Presidente. Los perfiles son muy diferentes. En todos los partidos hay cambios en los “mejor posicionados”. En el PAN, Xóchitl Gálvez irrumpe y se coloca a 1.5% de CreelKuri empata a Pacheco. En el PRI, Ruiz Massieu y Paredes están en el primer peldaño, seguidas de Riquelme y De la Madrid. Los otros suspirantes de ese partido no pintan. En MC, Colosio y García puntean. Pero la sorpresa es que ese partido pierde simpatías, 4 puntos porcentuales, y cae a 2.5%. Todo cambia.

Conseguir el “reconocimiento de nombre” (name recognition) es sólo el primer paso, muchos lo necesitan. Cambiar los “negativos” es muy difícil. ¡Viva la incertidumbre! Ya se lanzó Germán Martínez. Veremos cómo entra. La muy común consigna en busca de certidumbre –“la oposición no tiene a nadie”– no es del todo cierta. Van tarde, eso sí. Además, si todos ellos presentarán un frente común, un gobierno de coalición, como en muchos países, el conjunto del grupo se vería muy potente.

Las invitaciones a los funerales del PRI, han sido muchas. Es clarísimo que ha perdido mucha fuerza en los gobiernos estatales, gobierna sólo dos, pero en el orden de gobierno municipal hay otro escenario: PRI, 265; Morena, 260; partidos locales, 221; Va por México, 229; Juntos Haremos Historia, 128. En los congresos estatales la pluralidad –por fortuna– sigue vigente. Ese país está allí. Hay muchas incertidumbres, tanto al interior de Morena, como en la oposición. ¿De verdad en MC creen, a pesar de las evidentes amenazas del oficialismo a las libertades, qué sobrevivirán a ellas y verán un país naranja?

La ansiedad por anunciar certidumbres, en lo que sea, es una búsqueda absurda. Lo más grave, esa búsqueda cancela la voluntad, por lo menos la anestesia. Así caemos en las “profecías autocumplidas”. ¿Para qué hacer algo? Sin voluntad el ser humano pierde su principal virtud. En incertidumbre, pero con voluntad, el futuro está abierto.

Excélsior