La Cepal estima caída de 9.1% del PIB de América Latina y urge nuevo pacto social

La región de América Latina y el Caribe requiere con urgencia de un nuevo pacto social para enfrentar la contingencia y repensar la reactivación post pandemia covid-19, afirmó hoy Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Durante su participación en el panel “De un asunto pendiente a uno urgente: la necesidad de un pacto social inclusivo en América Latina y el Caribe”, Bárcena subrayó que la región se enfrenta a una encrucijada civilizatoria y un momento excepcional para repensar y abordar el futuro con un fortalecimiento del rol del Estado, del mercado y la sociedad.

La especialista mexicana precisó que la legitimidad y la confianza en los Estados está a prueba y afirmó que, ante la desconexión entre la sociedad y el Estado se debe avanzar hacia amplios pactos sociales en los principales sectores de política, como una vía para concretar estados de bienestar y modelos sostenibles de producción y consumo en línea con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Estos pactos, comentó, deben incorporar la sostenibilidad ambiental, la inversión y una política industrial que permita a la región alcanzar la sostenibilidad. Por otra parte, subrayó que otro de los ámbitos cruciales sería un pacto fiscal que asegure recursos para una inversión social permanente para el bienestar, el goce de derechos y la resiliencia de la población.

Bárcena advirtió que la región corre el riesgo de perder 13 años de avances debido a la crisis provocada por la covid-19. Según las últimas estimaciones de la Cepal, la región sufrirá una caída del 9.1% en el PIB y un aumento de 5.4 puntos porcentuales de la tasa de desocupación, que llegaría a 13.5%.

Asimismo, mencionó que en 2020 la pobreza en la región podría aumentar 7.1 puntos porcentuales en comparación con el año anterior, con lo que 45.4 millones de personas entrarían a lo pobreza, con lo que la cifra ascendería a 230.9 millones, alcanzado al 37.3% de la población. Mientras que la pobreza extrema tendría un aumento de 4.5 puntos porcentuales, con 28.5 millones de personas más, afectando a un total de 96.2 millones, es decir, el 15.5% de la población.

Por su parte, la desigualdad, podría aumentar 4.7% en una región en la que el 54% de los trabajadores se ubica en la informalidad y 65.8% no cotiza ni está afiliado a un sistema de salud, comparado con un promedio ponderado de 42.7%.

Para enfrentar la crisis, la CEPAL propuso implementar un ingreso básico de emergencia equivalente a una línea de pobreza de 147 dólares por seis meses, con un costo del 1.9% PIB del y un bono contra el hambre equivalente a 70% de una línea de pobreza extrema (57 dólares) que costaría 0.45% del PIB; además de subsidios a microempresas, mayor cooperación multilateral y un nuevo pacto social que incorpore la sostenibilidad ambiental.

Según cálculos de la Comisión, debido a la crisis se perderán 2.7 millones de empresas que representan el 19% del tejido empresarial de la región. Por lo que, la CEPAL propuso un subsidio a micro-empresas y expansión de créditos a las pequeñas y medianas sin intereses por 2 años, así como el rescate a las grandes empresas estratégicas con ciertas condiciones.

“Estamos frente a una crisis sin precedentes que requiere transformar el modelo de desarrollo en América latina y el Caribe, y promover políticas sociales universales, redistributivas y solidarias”, afirmó Bárcena, y subrayó la necesidad de un pacto internacional y una respuesta multilateral que se extienda a los países de ingreso medio que enfrentan limitaciones estructurales y que no están considerados en los mecanismos multilaterales de cooperación asistencial o concesional.

“Esto requerirá asistencia de liquidez de emergencia, derechos especiales de giro, exenciones comerciales, servicio de la deuda, asistencia humanitaria. Esta propuesta se une a la estrategia del Secretario General, Antonio Guterres quien, junto con Jamaica y Canadá, está invitando a ampliar los instrumentos de financiamiento y mirar la sostenibilidad de la deuda de países en regiones como el Caribe que no cuentan con buenas espaldas financieras para acudir a los mercados”, afirmó.

Finalmente, Alicia Bárcena resaltó que profundizar la integración regional debe ser un componente esencial de cualquier estrategia de salida a la crisis. Esto implica reforzar nuestros propios encadenamientos productivos y promover el comercio intrarregional, concluyó.

Proceso