Salen a subasta dos brazaletes de diamantes de María Antonieta

La reina María Antonieta de Francia y una de sus más fieles damas de compañía, Madame Campan, pasaron una noche entera, en el Palacio de las Tullerías de París, envolviendo sus joyas en algodón y ocultándolas en una pequeña caja de madera. Otras tantas fueron cosidas en el interior de enaguas y vestidos. El reinado de Luis XVI se tambaleaba peligrosamente y querían ponerlas a salvo. La caja de joyas abandonó Francia en manos del Conde de Mercy-Argenteau, embajador de Francia, que las hizo llegar hasta Viena. Después de que Luis XVI y María Antonieta fuesen guillotinados, el hijo de los reyes, Luis XVII, murió en cautividad. Pero su hermana María Teresa fue liberada en 1795 y, a su llegada a Austria, el emperador le entregó las joyas que habían pertenecido a su madre.
«La historia de estas joyas puede rastrearse directamente hasta esa noche», dice la especialista en joyas de Christie’s, Marie-Cécile Cisamolo, recordando los afanes de María Antonieta por salvar sus joyas y señalando dos espectaculares brazaletes de diamantes que serán subastados en Ginebra el próximo 9 de noviembre. «Será la primera vez que aparezcan en una venta pública y espero que su comprador las trate con amor durante el resto de su vida».

El precio de salida oscilará entre los dos y los cuatro millones de dólares. Los brazaletes están cubiertos cada uno de ellos por tres hileras de diamantes, en total 112 piedras cuya talla oscila entre un quilate los más pequeños y más de cuatro quilates los de mayores dimensiones. En conjunto suman entre 140 y 150 quilates. Resulta difícil medir su talla exacta, precisa la experta, porque son diamantes de talla antigua y las medidas no se corresponden tan exactamente como ahora, que los diamantes son cortados con láser.

Las dos pulseras, que se guardan en un estuche azul original, fueron diseñadas de forma que también se pueden juntar para formar un collar. «Su precio no se basa solamente en el valor material de los diamantes, sino también en el valor ideal, intangible, de llevar joyas que alguna vez usó la famosa reina María Antonieta», añade Cisamolo, que está segura de que las joyas podrían alcanzar un precio mucho más alto en la subasta. En 2018, en la primera subasta de joyas de María Antonieta que Sotheby’s vendió por encargo de la familia Borbón-Parma, un collar de perlas con diamantes incrustados que había salido por dos millones alcanzó el precio de 36 millones de dólares.

En este caso, cuenta además el diseño, en el que participó la propia María Antonieta. Los brazaletes fueron un encargo personal de la reina de Francia al joyero parisino Charles Auguste Boehmer realizado en 1776. La Reina pagó 250.000 libras por él, una «suma enorme» en ese momento, según valora Cisamolo. Böhmer, un joyero judío originario de Sajonia, era el agente del Elector de Sajonia en París y dirigió una boutique de lujo en la Place Vendôme junto con Paul Bassenge. Como proveedor de la Reina, sería después utilizado por los famosos estafadores que le hicieron recolectar diamantes de tamaño y claridad excepcionales durante varios años para un collar por valor de 1.8 millones de libras, que primero esperaba vender a Madame Dubarry, la amante de Luis XV, pero que después de la muerte de éste resultó el centro de un escándalo en Versalles que daño gravemente la reputación de María Antonieta.

«El mercado de joyas de propiedad aristocrática sigue funcionando muy bien», dijo el jefe del departamento de lujo de Christie’s, François Curiel, que reconoce que toda la historia que rodea los brazaletes solo ayuda a crear a aura de leyenda que los hace más deseables.

ABC